Viaje por el mundo de Martiniano Arce

Visitar al fileteador porteño, Martiniano Arce, es más que ir a hacer una nota, compartir con un amigo la intimidad de su vivienda, en el barrio de San Telmo, y dejar que esa explosión de colores sea una máquina del tiempo que nos haga viajar por la Historia del porteño.

Bienvenidos a este viaje imaginario!!! Allí están, los íconos del pasado diciendo presente, no sea cosa que tanta modernidad los opaque y ya no se los recuerde. A no preocuparse, el pincel de Martiniano los perpetuó con filetes, que mudos, porque una imagen vale más que mil palabras, nos cuentan con su colorido. Así, vamos descubriendo cómo fue el pasado que allí está vigente.

Qué vemos? El Puente Alsina, ese al que Benjamín Tagle Lara le hizo un tango y recordé una de sus estrofas:

Puente Alsina, que ayer fuera mi regazo,
de un zarpazo la avenida te alcanzó...
Viejo puente, solitario y confidente,
sos la marca que, en la frente,
el progreso le ha dejado
al suburbio rebelado
que a su paso sucumbió.

Desde otro cuadro, aparecen varios queridos compositores y cantores de tango, como Gardel, Goyeneche, Rivero, Pichuco, Piazzolla, todos unidos por cintas argentinas y cisnes, tan bellos como el tango.

Seguimos nuestro viaje y nuestra música ciudadana, se expresa con toda su sensualidad en el abrazo tanguero de una pareja bailando al compás del 2 x 4 y también otro cuadro recuerda al bandoneón que le dio al tango, su toque nostalgioso y por allí, apoyada en un rincón, vemos una guitarra que nos trae a la memoria aquellos payadores, como Gabino Ezeiza, “El payador de San Telmo” y otros tantos, que alrededor de un fogón improvisaban sus versos al compás de sus guitarras y también hay un mate, ese cimarrón (mate amargo) que saboreaba y compartía el gaucho.

El tema del campo, nos transporta a aquella Argentina pujante, el granero del mundo y una vaca fileteada trae a nuestra memoria que en aquellos tiempos, más de uno tenían la vaca atada, sí, literalmente, porque en sus viajes a Europa llevaban en el barco, una por familia, para tener leche fresca durante la travesía. Era los tiempos en que los niños bien, tiraban manteca al techo. Aquí Martiniano nos dio un consejo: “Si querés la leche fresca, atá la vaca a la sombra”.

En este recorrido aparece además el fútbol, pasión de los porteños y el escudo de Boca que orgulloso parece decirnos: "somos la mitad más uno", pero algo muy importante es la fé religiosa que está también muy presente en este paseo imaginario, la vírgen de Luján, patrona de la República Argentina, Nuestra Sra. del Rosario de San Nicolás y como broche de oro, el Papa Francisco, que parece estar bendiciéndonos desde su cuadro.

Aquí hacemos un alto para destacar que Martiniano, donó una importante colección de arte religioso, a la Iglesia Nuestra Señora de Belén y San Pedro Gonzáles Telmo, del barrio donde vive y tiene su atelier, hace más de cuarenta años.

Esta muestra, “A la Mayor Gloria de Dios” al decir de San Ignacio, está en exposición permanente, con entrada libre, en el interior de la mencionada iglesia, a cargo del párroco Martín Calcarami.

Se trata de 16 cuadros: “Ntra. Sra. del Rosario de San Nicolás”, "Nuestra Señora de Lourdes”, “ Virgen María Auxiliadora”, “ Virgen María de Fátima”, “ Virgen de Luján”, “La Virgen de Belén”, “ La Inmaculada Concepción”, “ Jesús de la Misericordia”, “San José y el Niño Jesús”, “ San Jorge y el dragón”, “Santa Rosa de Lima” (actualmente en la Catedral Metropolitana), Retrato de “Santa Rosa de Lima” que fue bendecido el domingo 30, festividad de Santa Rosa, en la Iglesia San Pedro González Telmo; San Juan Pablo II, San Juan XXIII y al Papa Francisco con su pedido "Recen por mi". Estos tres últimos cuadros fueron bendecidos por el párroco P. Martín Calcarami en la misa del domingo 27 de Abril de 2014, 11.30 horas, en una emocionante ceremonia, donde se aplaudió al artista en el pleno de la iglesia, y recibió múltiples felicitaciones de los asistentes por la perfección de los retratos. A su vez, el Obispo Monseñor Antonio Aloisio y el Presbítero Cardenal Mario Poli bendijeron las manos del artista en una ceremonia privada.

El cuadro “San Francisco de Asís” es el próximo que será bendecido el 4 de octubre.

Podríamos estar horas y horas recorriendo, imaginando, descubriendo que llegamos a este presente y en el trayecto aparecieron dragones, flores, elementos que trajo la modernidad, como una computadora fileteada, las aspas de un ventilador de techo, un termo que ahora acompaña al mate, una caja de ropa interior de primera marca, vimos cuadros de Naturaleza muerta que está allí, más viva que nunca; un corazón solidario como el de su creador, Martiniano y finalmente, llegamos (cómo dice él) a "ese lugar donde caerse muerto", el que él mismo, siendo previsor, fileteó desde hace un tiempo: su ataúd y el de Pipi, su esposa. Allí, con el humor que lo caracteriza y nos desconcierta, porque no sabemos cuándo está hablando en serio o en broma, nos dijo:

"Yo no le hago más regalos a Pipi, porque la vez pasada le regalé el ataúd y no lo usó nunca, a vos te parece???"

Hicimos un viaje de fantasía que despertó todos nuestros sentidos, porque aunque los cuadros están mudos, el colorido ingresó por la vista; el oído, que imaginó y escuchó los tangos de esas reconocidas figuras; el olfato parecía percibir el aroma de las flores de una naturaleza muerta y esa manzana jugosa también nos hizo imaginar su dulce sabor. El tacto también está allí, en la textura y la caricia del pincel que convirtió un espacio blanco en imágenes e historias.

Una maravilla, pero algo quedó pendiente porque todavía no nos ha mostrado esa nave astral, que Martiniano tiene preparada para su partida y a la que fuimos invitados. Será una buena excusa para volver, por supuesto antes del 14 de noviembre de 2046, que es la fecha en que tiene decidido iniciar ese viaje.

Finalmente, en un autorretrato, aparece él, con su sombrero tanguero y un gesto pícaro, que también nos hace imaginar que nos guiña un ojo y nos dice: Hasta pronto!!!

Susana Espósito - Publicada el Miércoles 02/09/15 - 6040 caracteres