La autopista Ribereña en Puerto Madero
La concreción de la autopista Ribereña ha sido un tema controversial que lleva más de medio siglo y aunque resulte increíble, la Academia de Ingeniería informó sobre 29 trazas de autopistas presentadas bajo distintos gobiernos e incluso de actores privados, pero nunca llegaron a final feliz.
Es sabido que esta obra no está exenta de dificultades, ya que atravesar el centro de la ciudad requiere de un proyecto sensible que no altere su carácter y fisonomía, y que, por el contrario, contribuya a su mejor funcionamiento, disminuyendo la congestión y la contaminación.
Resulta necesario mejorar la conexión ferroviaria del puerto y las zonas periféricas, que eliminen del centro camiones con otros destinos. No es necesario pensar en trazas que intervengan sobre la Reserva Ecológica ni dentro de los diques. Tampoco la solución, para el área central, es el viaducto, como se hizo con la AU 25 de Mayo, que mejoró los accesos con un precio alto en la destrucción y decadencia del tejido urbano porteño.
La traza de esta autopista cuenta ahora con el visto bueno de los gobiernos nacional y porteño; se elevaría en los extremos para conectar la Buenos Aires-La Plata con la Illia; los trabajos se licitarán este año.
Después de esta larga espera, la autopista Ribereña correrá ahora en túnel por debajo de las vías del ferrocarril Belgrano Cargas, a lo largo de Puerto Madero, y se elevará en sus extremos para conectar con la autopista Buenos Aires-La Plata y con la autopista Illia. El enlace norte rodearía la villa 31 de Retiro, sin alterarla.
Esa fue la propuesta de la Corporación Antiguo Puerto Madero, luego de una serie de análisis realizados por expertos de diversas disciplinas, a los gobiernos nacional y porteño, que dieron el visto bueno para avanzar con la concreción del proyecto, tendiente a agilizar el tránsito en la zona del Bajo y, como consecuencia, en todo el centro de la ciudad.
El entendimiento alcanzado entre ambos gobiernos permitiría cristalizar una obra fundamental para el área metropolitana.
Los trabajos podrían ser licitados durante el segundo semestre de este año y comenzar, si el trámite no media ningún inconveniente, durante 2016. Se estima que su ejecución demandaría unos tres años.
Esta autopista será muy importante, ya que brindará una conexión rápida entre el sur y el norte del conurbano a través de la Capital. Según estimaciones, permitirá cruzar desde Avellaneda hasta Vicente López en 12 minutos.
El costo de la construcción, de unos cinco kilómetros de largo, rondaría entre 900 y 1000 millones de dólares, financiados en principio por la Nación y el gobierno porteño. Pero la inversión se recuperaría, explicaron los involucrados, mediante dos caminos: el futuro cobro de peaje en la autopista y la venta de terrenos fiscales situados frente a los docks de Puerto Madero, donde hoy funcionan estacionamientos concesionados por la Corporación Antiguo Puerto Madero (CAPM).
En esos lotes, para que resulten atractivos a posibles compradores, se habilitaría el desarrollo de emprendimientos inmobiliarios hasta una altura similar a la de los docks.
La ribereña tendría un diseño que empalme con la Buenos Aires-La Plata (el punto exacto todavía no se dio a conocer), se sumerja en túnel por debajo de las vías del ferrocarril en la línea del dique 1 y emerja en Retiro, en el entorno de la terminal de ómnibus, probablemente a la altura del supermercado Coto. Desde allí, correría elevada por el sector portuario y conectaría con la Illia a la altura de Castillo. La traza no alteraría las villas 31 y 31 bis.
Si todo sale como está previsto, la esperada autopista ribereña quedaría concluida durante los mandatos del presidente y el jefe de gobierno que asuman en diciembre.
Susana Espósito - Publicada el Martes 24/03/15 - 3752 caracteres
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