Recuperan fuentes de la ciudad
En enero de este año, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, decidió hacer una evaluación de las 125 fuentes de la ciudad para diagnosticar el estado de cada una y qué necesidades específicas tenían. Fueron entonces contabilizadas 30 que no estaban en buenas condiciones, el 24 por ciento.
Como es sabido, los monumentos de la ciudad sufren actos vandálicos frecuentemente y las fuentes no son la excepción, también padecen pintadas, roturas, sustracción de piezas.
Algunas de las fuentes también han tenido desperfectos técnicos que impiden el funcionamiento de los chorros de agua o las luminarias y por eso, la Dirección General de Espacios Verdes del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, inició tareas de restauración y recuperación de las mismas.
Ya están funcionando correctamente 26 de ellas, como por ejemplo: el Mausoleo de Rivadavia, en plaza Miserere; la fuente del Ballet Nacional, en la plaza Lavalle (San Nicolás); la de Las Nereidas, en Costanera Sur; la del Monumento a los Dos Congresos, en Montserrat; Las Tarascas y la Rubén Darío, ambas en Recoleta.
Ahora se está trabajando en las fuentes situadas en la plaza Monseñor de Andrea (Córdoba y Anchorena), otra frente a la Cancillería (en Retiro), y en el parque Lezama (Coordinador Internacional y La Magdalena).
Los trabajos de recuperación abarcaron la limpieza de las cañerías de abastecimiento de agua, la reconstrucción de todos los puntos visibles de la fuente, la colocación de mármoles, la modificación y reparación de los motores, la renovación de los picos y la limpieza de las esculturas y monumentos.
Una de las fuentes más lindas de la ciudad es Las Nereidas -obra de la escultora Lola Mora- en Costanera Sur- que se veía realmente muy deslucida. Para recuperarla se instaló una electrobomba sumergible, se repararon todas las partes de mampostería deterioradas en la batea; se refaccionaron, sellaron e impermeabilizaron dos módulos del borde de mármol de Carrara; se instalaron tres picos de agua y una cañería nueva; fueron arregladas las luminarias existentes y colocadas cuatro nuevas, además de haberse limpiado los vidrios templados perimetrales.
El director general de Espacios Verdes, Nicolás Quintana ha dicho que "Estas fuentes integran el valioso patrimonio que se puede disfrutar en las calles, plazas y parques. Queremos que el vecino pueda disfrutar cada día de una ciudad más linda, teniendo en cuenta la importancia de recuperar y preservar el patrimonio histórico y cultural".
Si recurrimos a la Historia, para saber cuál es el orígen de las fuentes, veremos que en principio, se hallaban en las plazas o lugares céntricos de los pueblos para abastecer de agua a los habitantes y calmar la sed de sus animales. Solían ser lugares de encuentro que propiciaban las relaciones sociales de la comunidad.
Posteriormente se fueron incorporando en edificios privados, palacios, patios, jardines, plazas y mezquitas, combinando la utilidad con la belleza, sirviendo estas también para aclimatar los citados espacios.
Los arquitectos renacentistas desplegaban toda su creatividad, diseñando complejos conjuntos escultóricos que otorgaron belleza a las fuentes.
Con los adelantos de la tecnología, las fuentes incluyeron circuitos cerrados de agua, impulsada mediante bombas de presión y también se idearon efectos de iluminación que hace aún más vistoso el aspecto del agua por la noche.
Las¨pantallas de agua, son lo más moderno e incluso se usan como soporte de proyección de distintos medios, como video alta potencia, láser y otros.
Lo cierto es que más allá de la modernidad, las antiguas fuentes que aún se conservan en Buenos Aires, son obras bellísimas que nos legaron importantes escultores y allí están, rindiéndoles homenaje y engalanando con su belleza a nuestra ciudad.
Susana Espósito - Publicada el Lunes 18/08/14 - 3816 caracteres
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