Reabren dos cafés notables

Hace algunos meses cerraron sus puertas dos emblemáticos cafés que integran la lista de notables. Se trata de la Confitería London y el 36 Billares, cuyo cierre despertó cierta inquietud en los porteños, que lamentaban perder esos espacios que para muchos, tienen un significado especial.

En 1998, la Legislatura aprobó la ley 35, que establece que los bares notables (hay 73) forman parte de proyectos de conservación, rehabilitación o restauración edilicia y mobiliaria. Pero la norma no les concede mayores beneficios, como los impositivos, que podrían ayudarlos a paliar la baja en la facturación, que los lleva a cerrar.

Según el Ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi, ambos locales estarían abriendo sus puertas en los próximos meses, luego de varias reuniones que ha realizado con los dueños, en las que hubo muy buena predisposición. De acuerdo a lo comentado por el ministro, aunque con la estética y personalidad de siempre, los dos lugares contarían con nuevos espacios de atracción. Por ejemplo, en los 36 Billares se colocaría un escenario para bailar tango o para que actúen diferentes orquestas típicas.

Con respecto a la situación actual de los bares notables porteños, Lombardi expresó que "es prácticamente imposible" sancionar una ley que los proteja como patrimonio cultural.

"Nadie puede obligar a los dueños de los cafés o bares a que mantengan un negocio abierto a pérdida económica. Lo que se puede hacer es convencerlos de que pueden ser rentables y mostrarles que el Estado puede ayudarlos con programación artística o bibliotecas", afirmó Lombardi.

Algunos bares notables han bajado la persiana, como la Richmond. Otros, como el Gato Negro, La Ideal (ambos recibieron subsidios estatales para refacciones), Las Violetas, el Tortoni, o el Café de los angelitos, suelen estar llenos de clientes frecuentes y de turistas.

Por otra parte, se resalta la importancia de los cafés en Buenos Aires, que forman parte de la vida cotidiana del porteño al que generó el hábito de tomar café y precisamente, por estar tan arraigada esa costumbre, el Ministro Lombardi presentó ante la Unesco, el proyecto para que ese hábito sea declarado Patrimonio de la Humanidad.

Esperemos que no cierren sus puertas y que además dejen de lado la avivada de cobrar por un café lo que no vale, para poder seguir conservando esa costumbre de la que hacemos alarde.

Susana Espósito - Publicada el 15/03/14 - 2397 caracteres