Polo Bandoneón en Pompeya

El domingo 30 de marzo, a las 12 horas, se inauguró oficialmente Polo Bandoneón, en Pompeya, barrio de tango. El evento, organizado por el Ministerio de Cultura porteño, se desarrolló en Puente Alsina y a pesar del día lluvioso, mucha gente se hizo presente en el lugar para disfrutarlo.

Pasaron por el escenario importantes figuras como Raúl Lavié, Jairo, María Graña, Sandra Mihanovich, los bailarines Gloria y Eduardo y la Orquesta de Tango de Buenos Aires, dirigida por Néstor Marconi. Otra invitada al evento fue la bandoneonista Carla Algeri, autora del proyecto nacido para difundir todo lo vinculado al bandoneón, la orquesta típica y el dos por cuatro, en todas sus expresiones.

El ministro de Cultura, Hernán Lombardi, que presidió el acto de apertura manifestó que "el Puente Alsina es un lazo de unión entre Pompeya y Valentín Alsina y debe ser también como un faro cultural para los vecinos."

Este proyecto cultural tiene como objetivo rescatar la figura del bandoneón, un instrumento de orígen alemán, que surgió de la necesidad de contar con un instrumento que se pudiera sacar a la calle en las procesiones, para ejecutar música sacra. Aquí, fue el instrumento que dio ese aire nostalgioso a nuestra música ciudadana, el tango.

Polo Bandoneón será el sector cultural más representativo para la preservación del Tango como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Cuenta con un espacio para una orquesta de tango del Río de la Plata, una escuela de bandoneones, una cátedra de estilos e interpretación del lenguaje del tango en los diferentes instrumentos que integran la orquesta típica: piano, contrabajo, violín, viola, violoncello, bandoneón, canto y guitarra. Allí se buscará la profesionalización del talento de la ciudad dedicado al tango y esos talentos luego serán los representantes para los intercambios culturales con las diferentes ciudades del mundo. También habrá una biblioteca de archivos de música, partituras, arreglos, cine, historia del tango y una editorial para la edición de nuevos materiales.

"Polo Bandoneón" también ha permitido en esta primera etapa, la adquisición de bandoneones que facilitarán a 50 alumnos tomar clases, en seis aulas nuevas y participar de talleres de luthería. Algo más importante aún es que el Ministerio de Cultura porteño planea montar una fábrica de bandoneones.

Desde hace varios años, los mejores ejemplares de bandoneones que existían en el país fueron desapareciendo de los escenarios y pasaron a manos de coleccionistas extranjeros que pagan fortunas por quedarse con un Doble A (Alfred Arnold), paradigma de los bandoneones en Argentina, que es donde mejor están y donde mayor cantidad se han vendido. Eso hace que quien tiene acá un bandoneón, esté esperando al turista extranjero, que es quien puede pagar entre 3 y 5 mil euros y vendérselo; algo casi imposible para el bolsillo de un argentino.

El problema de venderlos radica en que es un instrumento en extinción, hay muy pocos y menos aún de los que suenan bien. Hubo muchas fábricas en Alemania, de donde es originario, pero todas cerraron.

Susana Espósito - Publicada el 01/04/14 - 3088 caracteres