La mano de Pallarols en Barcelona

Juan Carlos Pallarols es sinónimo de excelencia en orfebrería y ahora dejará su sello en la emblemática iglesia La Sagrada Familia, en Barcelona, proyectada por Antonio Gaudí, que aún sigue inconclusa.

Hace unos años, se realizó en la Universidad de Buenos Aires un encuentro de arquitectos y entre ellos estaba Jordi Fauli -quien dirige las obras para culminar la Sagrada Familia- y fue quien ofreció a Pallarols participar.

El maestro aceptó con gran entusiasmo porque dice que para él es un reto por todo lo que significa el tema, el lugar y su fé religiosa.

Vale la pena recordar que la primera generación de esta familia, que se dedicó al arte de la platería, se remonta a mediados del siglo XVIII en Barcelona y en la actualidad, sus hijos conforman la séptima generación que por voluntad propia, da continuidad a esta tradición.

Juan Carlos Pallarols es el cuarto de nueve hermanos. Nació el 2 de noviembre de 1942.

Sus primeros juegos fueron tallar, tornear rueditas y manejar el lápiz tinta o dibujar películas en papel manteca, aunque según sus dichos, también tuvo tiempo para patear la pelota y para la escuela.

Así, naturalmente, llegó un día en que su padre le pidió que calcara una aureola grande de plata. Era una chapa de cuarenta centímetros de diámetro, para la Virgen de Moldesen San Luis, y se sintió con una responsabilidad tan grande que a pesar de sus doce años de entonces, encaró la consigna como un adulto.

Después de esa primera aureola, su padre comenzó a confiarle trabajos y a revelarle los secretos de la profesión.

Desde entonces, Juan Carlos realiza trabajos para Iglesias, bastones presidenciales, regalos para distintas monarquías europeas, el Cáliz para el Papa y tantas piezas de exquisita factura. En muchas de sus obras, con gran generosidad, hizo partícipes a todos aquellos que quisieron hacerlo y dejaron su golpecito de martillo sobre el cincel, en las piezas que el maestro mismo llevó por todo el país.

Ahora, Pallarols está trabajando en figuras de gran porte que serán colocadas en cuatro torres dedicadas a los evangelistas, en la Sagrada Familia, en Barcelona. Las piezas serán realizadas con materiales de aviones y tendrán siete metros de altura.

El maestro dice: “A esta altura de mi vida es un lujo poder hacer algo así, es un gran desafío”.

La Sagrada Familia comenzó a construirse en 1882. Estaría lista en 2026 y es Patrimonio de la Humanidad.

La basílica quedó inconclusa al morir Gaudí, pero un equipo de cuarenta arquitectos planea terminarla siguiendo los documentos que dejó en vida el catalán.

Actualmente, la Basílica cuenta con 8 torres y cuando esté terminada tendrá diez más. Cuatro de las torres serán rematadas con figuras alegóricas que representan a los cuatro evangelistas, con su típica iconografía cristiana: San Juan (el águila), San Marcos (el león), San Mateo (el ángel) y San Lucas (el buey). Pallarols ya hizo una muestra en arcilla del águila, posada sobre un libro. Está en su taller, el rincón que más fiel se conserva en la casona centenaria que se asoma a la Plaza Dorrego.

Las figuras serán realizadas con material de aviones porque el orfebre considera que es un material capaz de resistir los 135 metros de altura, el viento, la lluvia y la corrosión que produce la cercanía al mar.

Una empresa italiana que fabrica alas de aviones será la encargada de instruir al maestro sobre cómo hacer la aleación de titanio, aluminio y otros metales que una vez pulidos se asemejan a la plata y no se oxida ni destiñe. Esto será cuando en diciembre próximo, Pallarols viaje a Roma para llevar el cáliz terminado que ofrendará al Papa Francisco. El copón tiene unos veinte millones de golpecitos de personas de distintos lugares del mundo que quisieron estar presentes en ese obsequio tan especial.

Además de las cuatro figuras de los evangelistas, también realizará las constelaciones. Serán paneles de tres por ocho metros que adornarán las torres a unos 90 metros de altura.

Pallarols, con gran entusiasmo dijo: “Sí, serán montones de estrellas, que eran las que antiguamente servían para orientarse”. Las hará con esa misma aleación y el efecto será que brillen en la noche.

Será un arduo trabajo que le demandará unos dos o tres años y que ya estamos deseando ver terminado, luciéndose en la bellísima Sagrada Familia.

Susana Espósito - Publicada el Viernes 17/10/14 - 4317 caracteres