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  • La Megatorre en la Isla Demarchi

    Hace varios días, la presidente, Cristina Fernández anunció que se construirá la torre del polo audiovisual, en la isla Demarchi y el anuncio generó algunas controversias.

    Primero fueron los gremialistas de Dragado y Balizamiento, que manifestaron preocupación por los puestos de trabajo de más de mil trabajadores que cumplen sus funciones en ese lugar y a ellos se sumaron también los trabajadores de la Dirección Nacional de Vías Navegables, que se declararon en movilización y exigieron una definición sobre su situación laboral.

    Por lo pronto, el proyecto deberá pasar por la Legislatura porteña y según expresó la vicejefa del Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, si el emprendimiento es bueno para la gente, el proyecto podría ser apoyado por el macrismo, que tiene mayoría en la Legislatura.

    La moderna torre tendría 335 metros de altura, 67 pisos, una superficie de 216.000 m2, y sería la más alta de Latinoamérica. Contaría con estudios de televisión, productoras, un hotel y hasta un estadio para 15.000 personas. Fue diseñada por la empresa Riva S.A, que en sociedad con el Estado invertiría unos $ 2.500 millones.

    Para construirla, es obligatorio que la Legislatura de la Ciudad modifique el Código de Planeamiento Urbano para rezonificar la isla. Por lo pronto, hace dos años el kirchnerismo no logró que prosperara en la Legislatura su plan para hacer el Polo Audiovisual, que aún no incluía la torre.

    Vidal fue consultada acerca de este tema por varios medios y respondió: “La Ciudad siempre sigue sosteniendo buena predisposición para trabajar en conjunto con el Gobierno Nacional en todo lo que sea bueno para la gente –aseguró–. Como antecedente, tenemos las leyes que se aprobaron con nuestro apoyo para que la Nación construya viviendas del Plan Procrear en barrios como Liniers y Pompeya. Cuando el Gobierno nos presentó los proyectos, los aprobamos”.

    También aclaró que el proyecto de la megatorre de la Isla Demarchi, todavía no fue presentado formalmente por el gobierno Nacional.

    En el diario Clarín, han publicado acerca de los orígenes de la Isla Demarchi, que fue en sus inicios un simple banco de arena y barro. Se le dieron distintos nombres, hasta que finalmente se la denominó con el de un inmigrante ítalo suizo, llamado Antonio Demarchi, que había comprado parte de esas tierras.

    Demarchi fue un próspero empresario, dueño de la farmacia y Química La Estrella y uno de los socios fundadores de la empresa Bagley.

    Esta isla forma parte de la zona sur de Puerto Madero. Sin embargo, pertenece al barrio de La Boca. Cuando Antonio Demarchi compró el lugar, vecino a la nueva boca del Riachuelo (se modificó la salida al Río de la Plata con la construcción de la Dársena Sur), era una zona inhabitable, pantanosa y a merced de los desbordes del río. Pero hacia 1855, chalupas y balandras frecuentaban el área, desde allí hasta la denominada Vuelta de Rocha, para cargar maderas, cueros y hasta carnes saladas en ese puerto informal que tenía la Ciudad.

    Hacia 1865 muchos astilleros ya se habían instalado en las cercanías. Y afirman que en el área no sólo funcionó un lazareto sino que en 1871, en medio de la epidemia de fiebre amarilla, allí se cremaron y enterraron a algunas víctimas. Eso, explican, motivó que muchos clubes de remeros se mudaran hacia la lejana zona de Tigre. Claro que no todo es tragedia. Los memoriosos cuentan que detrás de la denominada carbonería Wilson estuvo la primera cancha de River Plate, antes de que se fuera durante un tiempo a la zona de Wilde. También por allí cerca estuvo el primer campo de juego que utilizó Boca Juniors.

    Algunos historiadores cuentan que también en isla Demarchi funcionó una pequeña prisión y también allí se instalaron los talleres del Ministerio de Obras Públicas y la Dirección Nacional de Vías Navegables, la institución que se encargaba de supervisar y coordinar lo relacionado con los puertos y su operatividad.

    Con los años, muchas de las instalaciones del lugar cayeron en desuso y la “isla” se convirtió en un depósito de chatarra que poco tenía que ver con lo que había pensado Antonio Demarchi para esa zona.


    Susana Espósito - Publicada el Martes 16/09/14 - 4132 caracteres