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  • Recordando a Lola Mora

    El sábado 7 de junio se cumplen 78 años del fallecimiento de la escultora tucumana, Lola Mora, una increíble mujer cuya obra fue valorada después de su muerte.

    Había nacido en territorio del Obispado de Tucumán, hoy Salta, el 17 de noviembre de 1866.

    Fue ahijada de Nicolás Avellaneda (presidente de la Nación desde 1874 a 1880) y protegida de Roca (presidente de la Nación desde 1880 a 1886), con quien tuvo un prolongado romance.

    Fue la primera escultora argentina y sudamericana, muy discutida por ser considerada demasiado transgresora para aquella época. La desnudez de sus obras provocaban todo tipo de comentarios, razón por la cual, la sociedad pacata de aquellos tiempos, puso el grito en el cielo al saber que el Intendente Bullrich aprobaba la obra "La Fuente de las Nereidas", para ser ubicada en la Plaza de Mayo, frente a la catedral.

    Finalmente, la fuente se inauguró el 21 de mayo de 1903 en Alem y Perón, donde la gente se amontonó esperando dos horas, el momento en que retiraran las telas que cubrían la fuente y cuando llegó ese momento, todos la ovacionaron. Después de la inauguración fue agasajada en el Club el Progreso, donde fue la única mujer.

    Algunos historiadores dicen que colegas celosos, que no se resignaban a admitir que una mujer lograra lo que ellos no, comenzaron una campaña de desprestigio que no fallaría, atacar su moral.

    Tiempo después se le encargaron a la escultora unas obras que adornarían el Congreso (la libertad, el progreso, la paz y la justicia) y para que pudiese trabajar con comodidad, Roca le dio un taller de lujo en el Palacio Legislativo que todavía se estaba construyendo y un día en que estaba trabajando, un joven empleado del congreso comenzó a visitarla, diciendo que le interesaba su obra y que quería aprender. Era Luis Sabá Hernández, sobrino nieto del autor del Martín Fierro, con quien Lola comenzó una relación. Ella tenía 40 años y él 20, por lo cual, para poder casarse, ante una sociedad que criticaría terriblemente esa situación, ella se quitó diez años y él se aumentó cinco.

    La pareja se fue a vivir a Roma y él, aunque había estudiado Derecho, demostró grandes cualidades para el deporte de vagar, mientras Lola trabajaba en su taller, hasta que pasado un tiempo, la escultora lo descubrió con otra mujer y decidió separarse.

    Regresó a la Argentina y en 1923 llegaron a Rosario las piezas del "Monumento a la Bandera", que había realizado en Roma y quedaron sin armar en la Plaza Gral. Belgrano.

    La Municipalidad de Rosario rescindió el contrato con Lola Mora y se desmembró el "Monumento", colocándose las distintas estatuas en diversos puntos de dicha ciudad.

    Incansable, viendo apagarse su estrella como escultora, aprovechó sus conocimientos y se dedicó a indagaciones e inversiones en minería, con lo que en poco tiempo perdió todos sus bienes.

    Murió el 7 de junio de 1936, a los 69 años, víctima de un accidente cerebro vascular, en un departamento de la avenida Santa Fé 3026, propiedad de sus tres sobrinas que la asistieron durante la enfermedad.

    En memoria de la destacada escultora, el Congreso de la Nación Argentina ha instituido por ley 25.003/98, la fecha de su natalicio -17 de Noviembre-, en "Día Nacional del Escultor y las Artes Plásticas".

    Solo después de su muerte han valorado su obra y recién este año se hizo justicia, el 1° de marzo, en la inauguración de las sesiones ordinarias, cuando la presidente Cristina Fernández de Kirchner descubrió las réplicas de dos grupos escultóricos que había creado para la explanada del Congreso.

    Los originales, emplazados en 1907, fueron quitados hace 93 años, calificados como "adefesios horribles". Uno de ellos representaba dos leones, la Libertad y el Progreso, y el otro, a la Justicia, el Trabajo y la Paz. Y la Paz tenía un seno descubierto. "No demuestran nuestra cultura ni nuestro buen gusto artístico", afirmó el diputado conservador Luis Agote, que insistía que los retiraran.

    En 1921, las esculturas fueron donadas a Jujuy. Hace diez años, hubo intentos oficiales para recuperarlas. Como los jujeños se negaron a cederlas y con justa razón, se recurrió a la tecnología para replicarlas. "Las escaneamos en 3D y corregimos virtualmente los datos, con la guía de fotos antiguas -detalla el arquitecto Luis Gorodner, de Progorod S.A., a cargo de la tarea-. La empresa Provinco caló los moldes en poliuretano rígido, que se rellenaron con mármol molido, cemento blanco y hormigón armado. Después se soldó pieza por pieza".


    Susana Espósito - Publicada el Viernes 06/06/14 - 4486 caracteres