Inseguridad en la zona del Obelisco
Hace varios años que los porteños padecemos la inseguridad en todos los barrios de la ciudad, donde hay punguistas, mecheras, motochorros que arrebatan celulares, cortan carteras, meten sus manos en bolsillos y muchas veces, amenazan con armas blancas o de fuego e incluso empujan a las personas y las golpean para luego huir.
La zona de la avenida 9 de Julio, en el barrio de San Nicolás, según cuentan los vecinos, es tierra de nadie, sobre todo Diagonal Norte, entre Cerrito y Plaza Lavalle, es “la cuadra del terror”. Ante los hechos de inseguridad, pidieron “un guardia las 24 horas”. La Policía admite que hay arrebatos y punguistas, pero no alcanza con admitirlo, es urgente buscar una solución al problema.
Según algunos testimonios de personas que trabajan en el microcentro y deben atravesar esa zona, hay un grupo de unos 20 jóvenes indigentes que todos los días llega a ese lugar y arrebata, roba y asusta con violencia a los que pasan por ahí o a los automovilistas que frenan en los semáforos. También los turistas que pasean por allí, totalmente desprevenidos y entusiasmados por tomarse una fotografía con el obelisco, muchas veces sufren el arrebato de sus máquinas fotográficas o relojes de alta gama.
Desde hace cuatro años piden que la Policía efectivice el “desalojo definitivo” de este grupo instalado en distintos sectores de la 9 de Julio, Diagonal Norte y Corrientes. Hace un mes, reunieron 800 firmas en tres días para pedirle al Gobierno porteño que instale “un guardia las 24 horas”, pero les respondieron de manera negativa.
Algunos se hacen pasar por limpiavidrios y arrebatan objetos de valor que los automovilistas exhiben con la ventanilla baja.
La negativa oficial para el reclamo de vecinos y comerciantes llegó exactamente una semana después de un serio incidente que terminó con tres heridos y cuatro detenidos. Fue luego de que un grupo de indigentes agrediera a una pareja que se negó a darles monedas.
Fuentes de la Policía Federal informaron que durante el día hay un agente por cuadra y durante la noche un patrullero cada cuatro o cinco cuadras. Pero entonces, ¿qué pasa? Porque también es cierto que varias veces se ve a los policías entretenidos con sus celulares, tomando mate con el kiosquero o haciéndole el verso a alguna jovencita, entonces, no están atentos a lo que deben vigilar y así ocurren los delitos.
Susana Espósito - Publicada el 23/03/14 - 2391 caracteres
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