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  • El festejo del horror

    La semana que finalizó fue realmente horrorosa en todo el país, debido al acuartelamiento de los policías que pedían aumentos de salarios y dejaron en un estado de total desamparo a los ciudadanos, propiciando los saqueos que se produjeron en varias provincias y los hechos de violencia que se generaron entre saqueadores y saqueados. En la ciudad de Buenos Aires, el vandalismo también estuvo presente pero por diferentes razones.

    El jueves 12 de diciembre se concentraron en el obelisco unos 20.000 hinchas de Boca Juniors que en una supuesta celebración provocaron todo tipo de hechos vandálicos.

    El motivo de la convocatoria era para celebrar el día del hincha de Boca, pero todo desencadenó en otra cosa que distaba muchísimo del festejo. Las imágenes televisivas mostraban a un gran porcentaje de supuestos hinchas, bebiendo alcohol, algunos subidos a los semáforos y un grupo de aproximadamente 20, treparon al cartel de Mc Donald´s y saltaban sin control, mientras hacían lo mismo en un balcón del edificio lindero al que también accedieron.

    Todo comenzó pasadas las seis de la tarde, horario en que la mayoría de los porteños salen de sus trabajos para regresar a las casas, pero no fue como todos los días, esta vez, se encontraron con gente desbordada, tirando piedras, rompiendo vidrieras, robando a algunos locales y luego en medio de disparos de tiros de goma entre los manifestantes y la policía, que en general no accionó ni siquiera para obligar a bajar a quienes estaban subidos a los semáforos y en la marquesina del local de comidas rápidas.

    Las imágenes del día después causan mucha indignación, la avenida 9 de Julio y parte de avenida Corrientes se veían como el epicentro de una batalla campal, suciedad de todo tipo, vidrios rotos, botellas, piedras, persianas de locales rotas, el obelisco atacado con pintadas, semáforos que no funcionaban, contenedores rotos, hubo pintadas en los acrílicos de las paradas del Metrobus; destrozos que todavía el Gobierno de la ciudad no puede estimar el gasto que representará la recuperación de todo esto.

    En principio, el Ministerio de Espacio Público debió implementar tres turnos de servicio de limpieza para llevar a cabo un operativo con hidrolavadoras y barredoras, más un camión recolector de residuos para intentar recuperar la zona. Como no fue suficiente, debieron agregar dos camiones barredores y otras dos hidrolavadoras y dos camiones recolectores de basura para concluir la tarea, según el detalle oficial.

    Varios comerciantes de la zona estaban desolados por las pérdidas que sufrieron y de las cuales dieron su testimonio ante distintos medios, pero lo peor del caso fue la muerte de un joven de 18 años, Pablo Rafael Ruiz, que fue baleado por un delincuente que disparó contra el tren en el que viajaba, cuando regresaba a su casa, en la zona sur del conurbano bonaerense. El jovencito recibió dos disparos que le provocaron la muerte y según comentó una amiga del fallecido, cuando lo bajaron del tren, hicieron señas a un patrullero que pasaba por el lugar y que no se detuvo a auxiliarlos.

    Posteriormente, un taxista los llevó hasta el hospital Gandulfo, donde, hasta el sábado 14, el cuerpo permanecía en la morgue porque la familia no tenía medios para poder velarlo y sepultarlo.

    La pregunta sin respuesta de siempre es: quién se hará cargo de hechos tan graves que podían haberse evitado?


    Susana Espósito - Publicada el 16/12/13 - 3396 caracteres