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  • Visitamos el sepulcro de Cortázar

    Este mes se cumplieron cincuenta años de la publicación de "Rayuela", una de las exitosas novelas escritas por Julio Cortázar, editada en el año 1963, junto con otras. En ella se recrea el universo psicológico de cada personaje y la relación que, desde ese universo, establecen con el amor, la muerte, los celos y el arte. Se suceden desde las situaciones más absurdas, que se toman con total ligereza, hasta lo más trágico que tal vez, es tomado con sentido del humor. Diferentes caminos que se plantean y un camino más para llegar al cielo de la Rayuela.

    Esta fue una de las primeras obras surrealistas de la literatura argentina. Fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX del periódico español «El Mundo». Resulta asombroso que después de cincuenta años, se siguen vendiendo unos 30 mil ejemplares por año en su lengua original, a lo que se debe sumar las diversas traducciones.

    Julio Cortázar, fue un escritor, traductor e intelectual argentino nacido en Bélgica, el 26 de agosto de 1914 y nacionalizado francés. Fue hijo de Julio José Cortázar y María Herminia Descotte. Su padre era funcionario de la embajada de Argentina en Bélgica, desempeñándose en esa representación diplomática como agregado comercial, por eso, el escritor comentó alguna vez: "Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia".

    Cuando tenía cuatro años sus padres volvieron a Argentina y pasó el resto de su infancia en Banfield, donde hizo sus estudios primarios en la Escuela Nº10 y posteriormente se recibió de maestro normal, en 1932 y profesor en Letras, en 1935, en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta.

    Entre 1939 y 1944 Cortázar vivió en Chivilcoy, donde daba clases de literatura y en 1944 se trasladó a Cuyo, Mendoza, donde dio cursos de literatura francesa en la Universidad. En 1948 obtuvo el título de traductor público de inglés y francés, tras cursar en apenas nueve meses estudios que normalmente llevan tres años.

    Cortázar atribuyó su cambio en su manera de leer y de escribir a un libro de Jean Cocteau, titulado "Opio", que según dijo, lo marcaría para siempre y lo inspiró a escribir "La fascinación de las palabras". Entre sus obras también podemos citar: Bestiario, Deshoras, Final del juego, Las armas secretas y otras.

    En 1983, vuelta la democracia en Argentina, Cortázar hizo un último viaje a su patria.

    En cuanto a la vida privada del escritor, en 1951, disconforme con el gobierno de Perón, decidió trasladarse a París, ciudad donde, salvo esporádicos viajes por Europa y América Latina, residió el resto de su vida. Su primera esposa se llamó Aurora Bernárdez, una traductora argentina con quien se casó en 1963, cuatro años después formó pareja con la lituana Ugné Karvelis y años después se casó con la escritora canadiense, Carol Dunlop, que falleció el 2 de noviembre de 1982, sumiendo a Cortázar en una profunda depresión.

    Fue Aurora Bernárdez (su primera esposa) quien lo acompañó durante su enfermedad, hasta su muerte y se convirtió en la única heredera de su obra publicada y de sus textos.

    Murió en París el 12 de febrero de 1984 y fue sepultado en el Cementerio de Montparnasse, en la misma tumba donde yace Carol. Su sencillo sepulcro está adornado con una pequeña escultura realizada por sus amigos, los artistas Julio Silva y Luis Tomasello. Es uno de los más visitados y mi admiración hacia el escritor me llevó hasta allí, para ver ese lugar donde descansa el destacado literato.

    Dicen que es costumbre dejar una copa o un vaso de vino y una hoja de papel o un billete de metro con una rayuela dibujada o una piedrita para jugar a la rayuela. Así pudimos comprobarlo e incluso, unos labios pintados de rojo dejaron un beso estampado en su lápida, tal vez como un gesto de admiración y un adiós al escritor.


    Susana Espósito - Publicada el 18/06/13 - 3816 caracteres