OPCIONES DEL MENU:
  • Home
  • Noticias de la Ciudad
  • Historia de la Ciudad
  • Barrios Porteños
  • Edificios destacados
  • Monumentos
  • Turismo en la Ciudad
  • Poco conocido
  • Costumbres Porteñas
  • Filete Porteño
  • Antiguos oficios
  • Qué es el Tango?
  • Qué es la Milonga?
  • Cena Show
  • Contacto

    contador de visitas
    Contador de visitas
    Web económica Sevilla
  • De Bodega abandonada a
    Centro de Investigaciones

    En pleno barrio de Palermo, donde se encontraba la Bodega Giol, abandonada a su suerte durante varios años, convertida en refugio de gente en estado de calle y también de ratas, finalmente se convirtió en algo impensado durante mucho tiempo, el Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires-Instituto Partner de la Sociedad Max Planck, un moderno centro científico europeo.

    Para que se produjera esa transformación hubo que gestionar la cesión de la ex bodega, licitar y diseñar el proyecto de la obra, construirla y conformar los equipos científicos de un centro de más de 100 investigadores. Eduardo Arzt, director del nuevo Instituto, fue quien siguió de cerca todas estas instancias y se dedicó al proyecto por completo, mostrando hoy su satisfacción de verlo convertido en realidad.

    Con gran orgullo ha contado a algunos medios que cuesta pensar que en este lugar donde había una vieja y abandonada bodega, en unos meses funcionarán tres institutos internacionales, que ocuparán 1.200 m2, con mesadas e instrumental de última generación, amplios laboratorios con grandes ventanales, salas para científicos visitantes con distribución modular, equipamiento de última generación, precisos sistemas de purificación del agua y deposición de residuos. También contará con salas de cultivo, de microscopía de última generación, salones de seminarios y para becarios, y oficinas para investigadores.

    Algo fundamental es que todos los pisos tienen una unidad especial que mantiene la corriente estable para que no se corte nunca, y que no haya variaciones ni de un milisegundo. Además, a diferencia de lo que suele suceder tradicionalmente en los laboratorios, que tienen las heladeras en los pasillos, aquí se han diseñado espacios especiales («nichos») donde ubicaron los freezers, las «ultracentrífugas», máquinas para separar fracciones celulares que alcanzan las 120.000 revoluciones por minuto, o tanques de nitrógeno líquido donde se guarda material biológico a -120°. También hay «áreas de servicio» con shakers para cultivar bacterias, mesas antivibratorias para las balanzas que pesan el material en microgramos, y cuarto radiactivo para trabajar con isótopos con cuartos contiguos para los residuos."

    Una de las últimas adquisiciones del Instituto es un microscopio confocal Zeiss de última generación. Este equipo permite captar una imagen muy definida, plano por plano, y además viene con un sistema que permite ver células vivas y filmarlas durante veinticuatro horas con la misma precisión. A partir de esas imágenes, la computadora puede armar una película en 3D. La semana pasada viajó desde Alemania para calibrarlo un técnico de la empresa que los fabrica.

    "No tiene nada que envidiarles a los del Primer Mundo" exclamó con orgullo Eduardo Arzt.

    El Instituto de Investigación Biomédica de Buenos Aires (BioBA-MPSP), cuyo director es Eduardo Arzt, está integrado por ocho grupos de investigación cuyos jefes debieron pasar por el arduo proceso de selección que caracteriza a la Sociedad Max Planck. Varios dejaron puestos en centros de investigación europeos o norteamericanos para regresar al país. Entre ellos están el físico Claudio Cavasotto, experto en química computacional y diseño de fármacos, que viene de la Universidad de Texas en Houston; María de la Paz Fernández, que investiga en neurobiología del comportamiento y regresa de su posdoctorado en la Universidad de Harvard; la bióloga Carolina Pérez Castro, que investiga en células madre tumorales y plasticidad celular, el bioquímico Marcelo Perone, cuyo grupo explorará los vínculos entre la diabetes y la inmunología; Damián Refojo, que regresa del Instituto Max Planck, de Munich, y dirigirá el grupo de neurobiología molecular, y Patricio Yankilevich, especialista en bioinformática que regresa desde España, donde trabajó en una empresa creada por el Centro Nacional de Biotecnología de ese país.

    Finalmente, Arzt dijo: "Nuestra meta es no sólo estudiar y entender los mecanismos que explican enfermedades degenerativas, como el cáncer, el Alzheimer o el Parkinson, sino también que esos hallazgos puedan convertirse luego en innovaciones o fármacos que lleguen a la cama del paciente". "Esto es sólo el comienzo".


    Susana Espósito - Publicada el 01/12/12 - 4254 caracteres