Ayer y hoy de la calle Florida

La calle Florida es una peatonal que en sus inicios tuvo otros nombres. En 1738 se llamó San José y después de las Invasiones Inglesas se le dió el nombre de Baltazar Unquela, que fue el edecán del Virrey Liniers, quien tuvo una destacada actuación en la reconquista de Buenos Aires y por eso se lo nombró virrey en 1807. En 1822, Bernardino Rivadavia fue quien la bautizó como Florida. Años más tarde, Rosas la llamó Perú y nuevamente, en 1857 ecuperó el nombre de Florida, conmemorando la batalla homónima.

Fue la primera calle empedrada en la ciudad. Las piedras fueron traídas de la Isla Martín García.

Se había convertido en la calle de la aristocracia porteña, hubo grandes mansiones, casas de té y en 1978 se hizo peatonal. Por ejemplo, en el N°271, estaba la casa de Mariquita Sánchez de Thompson y allí se ejecutó por primera vez el Himno Nacional Argentino. Dos importantes tiendas, Harrod´s y Gath y Cháves engalanaron la peatonal y aún hoy son recordadas por las paquetas señoras que además de hacer allí sus compras, solían tomar el té. No podemos dejar de nombrar la sede del Jockey Club inaugurado en 1897 y que sufrió un incendio que lo destruyó y la Confitería Richmond también ha sido hasta hace poco tiempo un lugar de reunión de intelectuales de otros tiempos.

Histórica y tradicional, popular y aristocrática, comercial y turística. Estas son algunas de las características que desde siempre han marcado a la peatonal más antigua y emblemática de la Argentina, que lamentablemente fue cayendo en decadencia y en los últimos años, hay un gran conflicto con los vendedores ambulantes (manteros) que ocupan gran parte de Florida y se hace difícil transitar por allí, sobre todo en horarios pico. También los comerciantes se quejan porque consideran que la actividad de los manteros son una competencia desleal y claramente están violando la ley.

El ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli dijo: "Nosotros queremos recuperar Florida como calle peatonal y de convivencia. Alrededor de 850.000 personas transitan por día y la mayoría de ellos lo único que quieren es caminar tranquilas para ir a sus trabajos o sus casas y hoy no lo pueden hacer".