El crucero Opera arribó a Buenos Aires

Ya comenzó la temporada de cruceros y el primero en arribar al puerto de Buenos Aires fue el MSC Opera, proveniente de Europa con 1800 pasajeros. Se trata de un inmenso y lujoso crucero que combina placer, diversión y relax.

La temporada de cruceros en Argentina es entre los meses de diciembre y abril y según fuentes de la Secretaría de Transporte de la Nación, se estima que en este período visitarán nuestra ciudad, unos 400.000 turistas, que llegarán a la terminal de cruceros "Benito Quinquela Martín", lo que representaría un 21% más que en el año 2010.

Generalmente estos cruceros realizan circuitos entre Buenos Aires y Brasil, pasando por Uruguay.

Algunos datos aportados por el capitán del MSC Opera, Corrado Iacconis, la nave, de 56.000 toneladas, trajo pasajeros que habían abordado el buque en Venecia, Italia, veinte días antes.

"Fue un viaje transatlántico en el que recorrimos Malta, pasamos por el puerto de Barcelona, en España; luego Marruecos; las islas Canarias, y, después de los cinco días que nos demandó el cruce del océano, pasamos por Recife, Salvador y Río de Janeiro, en Brasil, para llegar a la Argentina", explicó el capitán Iacconis. Por fuera, el MSC Opera tiene la imagen de un barco inmenso, pero por dentro funciona como un hotel. Tiene 856 camarotes destinados a los más de 2200 pasajeros que puede alojar. Cuenta con nueve ascensores, dos piscinas para adultos y niños en la parte superior del barco, un gimnasio instalado en el piso o puente 11 en la proa del barco.

Los viajes en crucero sirven para desentenderse de todo y disponerse a disfrutar. A bordo del crucero no falta nada para evitar que los turistas lleguen a aburrirse. Una nave como el Opera cuenta con un teatro para 800 personas, que en dos turnos pueden disfrutar de shows de magia y artistas como el cantante argentino Guillermo Guido. El ex ganador del festival de la canción de la Organización de Televisión Interamericana se presenta desde hace cuatro años en los cruceros de la empresa MSC.

Además del teatro, el crucero cuenta con una discoteca que funciona en el sector de la popa del barco en el piso o puente 11 y con seis bares, dos de ellos con pistas de baile en las que muchas parejas pueden volver a bailar lentos con músicos que tocan en vivo.

Para aquellos que no pueden desconectarse del trabajo, en el barco funciona un cíber con una importante cantidad de computadoras que permiten el acceso a Internet. Además, el buque cuenta con un servicio de telefonía satelital que posibilita hacer y recibir llamadas telefónicas, aunque también en gran parte de la travesía de Río de Janeiro a Buenos Aires, aun en alta mar, hay señal para los teléfonos celulares de una de las compañías que operan en el mercado argentino.

Todos los barcos cuentan con una importante capacidad en sus bodegas para cargar los alimentos que consumirán los pasajeros y la tripulación. En el caso del Opera, los 1800 pasajeros y los casi 800 tripulantes que realizaron el viaje transatlántico consumieron, en 189 días, casi 3000 kilos de pastas, 9800 kilos de papas, 40.000 huevos o 3900 kilos de queso.

Para diciembre, los precios por persona de un crucero de cuatro noches ida y vuelta de Buenos Aires a Punta del Este oscilan entre 470 y 620 dólares, que corresponden a las tarifas más económicas. Los camarotes más caros, en suite con balcón al mar y bañera, llegan a costar entre 1150 y 1500 dólares por persona.