Fiesta de San Cayetano
El domingo 7 de agosto se celebró la fiesta de San Cayetano, Patrono del pan y del trabajo, a quien todos los años se venera, se le agradece y se le pide. Largas filas de fieles se arman desde varios días antes, hacen campamentos, gente que viene de distintos lugares de nuestro país a manifestar su devoción por el Santo.
Esta celebración fue preparada, como todos los años, por grupos de vecinos y colaboradores del santuario que recogen las intenciones dejadas por los fieles durante el año para proponer el lema de las celebraciones. "Junto a San Cayetano rezamos por la paz, el pan y el trabajo" fue el lema elegido para este año.
En la vereda del santuario San Cayetano, se armó un altar en el que el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, ofició una misa y rezó para que quienes entren en ese templo salgan cambiados y pongan "paz en medio de una ciudad agresiva y violenta".
En la homilía, Bergoglio pidió que los que van a la iglesia dejen de lado los "maltratos", las "avivadas" que "joroban al prójimo" y vivan "la alegría que brota del estar en comunión con Cristo".
San Cayetano, "al ser patrono del pan, es patrono de la unidad de nuestra patria", dijo, y advirtió, como lo hizo durante la última celebración de la tradicional fiesta de Corpus Christi, sobre la posibilidad de la desunión si no se frecuenta la Eucaristía.
"Comamos el cuerpo de Jesús bajo la apariencia del pan, no sea que nos desvinculemos, que nos disgreguemos", dijo. El mantel que cubría el altar parecía acompañar el pedido de unidad de los argentinos: estaba decorado con manos de adultos estampadas en pintura azul sobre un fondo blanco.
Según explicó el párroco de la Iglesia, padre Jorge Torres Carbonel, para las misas, que se celebraron cada hora, se eligió el fragmento del Evangelio que relata que un cobrador de impuestos corrupto, Zaqueo, cambió de vida luego de recibir a Jesús en su casa. Ese pasaje del Evangelio fue uno de los temas que surgió en el trabajo de preparación de las actividades en torno de la fiesta patronal.
"Ya otros años hemos trabajado sobre esto porque da la posibilidad de plantear que es posible un cambio de vida también para gente que, como dijo el cardenal, es coimera".
Bergoglio afirmó: "Zaqueo pasó de ser un coimero a ser un tipo solidario. Como dice Isaías: dejó de maltratar y de acusar con el dedo a los demás y pasó a compartir su pan con el hambriento y a ayudar a los que sufren". Más adelante, el cardenal también recordó que el cambio de vida de Zaqueo implicó que dejó de ser "«ñoqui» y vividor para ser un trabajador honrado, justo y solidario". Varias veces se refirió a la alegría de Zaqueo.
Susana Espósito - Noticia publicada el: 09/08/11 - (Cantidad de caracteres: 2662)
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