Propuesta educativa en el Bajo Flores

Hace pocos días se inauguró en el Bajo Flores el centro barrial para adictos y familiares, Hogar de Cristo-sede Don Bosco y un Centro de formación profesional, Padre Jorge Vernazza. Se trata de un edificio donde funcionaba una empresa de productos electrónicos, a dos cuadras de la villa 1-11-14, donde ahora se dictan cursos de oficios y se brinda contención a adictos a las drogas, para que intenten dejar el consumo.

Son tres pisos sobre la calle Matanza al 2700, muy cerca de la avenida Francisco Cruz a la altura del club San Lorenzo, donde se trasladaron las actividades que se venían desarrollando en la parroquia Madre del Pueblo, en espacios compartidos con el dictado de catecismo.

A los cursos de electricidad, herrería y soldaduría, carpintería, computación y costura y diseño pueden acceder de forma gratuita todos los vecinos de la villa, pero para los que dejan las drogas se convierten en una puerta de reinserción al sistema educativo y al mundo laboral.

"Este es un espacio de aprendizaje y también de encuentro entre los adultos y los chicos", dijo uno de los docentes del Centro de Formación Profesional.

En los últimos dos años, los jóvenes sacerdotes del Bajo Flores tomaron contacto con unos 140 jóvenes con problemas de adicciones. En la actualidad acompañan a una veintena de chicos en proceso de recuperación y a 45 de sus familiares.

Estos proyectos son financiados con fondos de la Iglesia en Buenos Aires, y algunos salarios docentes, por medio de convenios con distintas dependencias del gobierno nacional y de la ciudad.

Aquí podrán aprender un oficio o salir de la droga y edificar su vida sobre una roca firme", dijo el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, durante la inauguración de ambos centros, y agregó: "Porque de la droga se puede salir y la dignidad la da el trabajo".