Tal como lo dice la letra del tango que lleva su nombre, en la esquina de Rivadavia y Rincón, el Café de los Angelitos lo espera con sus paredes llenas de historia, ese lugar en cuyas mesas muchas veces se sentó "Carlitos" Gardel y tantas figuras de la época de oro del tango, además de payadores de la talla de Gabino Ezeiza.

Hoy totalmente reacondicionado, respetando su arquitectura original y un hermoso salón para que argentinos y extranjeros, amantes de nuestra música ciudadana, puedan disfrutar de un excelente show de tango, luego de saborear las delicias que ofrece su chef.

Las mesas finamente preparadas para recibir a los comensales, con sus servilletas y manteles negros, decoradas con el logo de los angelitos y filete porteño en color dorado.

En el menú, todos los platos tienen su nombre relacionado con frases o palabras típicas del lunfardo. Por ejemplo: Ensalada "batifondo", "bataraz" o empanadas "cajetilla", son algunas de las tentadoras entradas.

Al momento del plato principal se puede encontrar con: el bife "cachafaz", el salmón rosado "firulete" o ravioles "colifa".

Cuando llega el postre, los golosos no saben por cuál decidirse entre: Delicia "morocha", flan "magoya" o bombón "yapa", entre otros.

Si desea saber, de qué se trata cada plato, no pensamos revelarlo, vaya y descúbralo usted mismo y seguramente se sorprenderá gratamente. Solo llámenos a los teléfonos que figuran al pie y nos agradecerá que le hayamos "batido la posta" (léase, pasado el dato).

El personal amablemente da la bienvenida y ubica a los visitantes, para que cómodamente puedan deleitarse con las exquisiteces que ofrece la cocina local.

La cena transcurre en un ambiente acogedor, bajo la atenta mirada de un par de angelitos, que sosteniendo un simpático candelabro nos proporcionan la luz apropiada para la ocasión y con un fondo de tango y milongas que van preparando el clima para el momento del gran show.

A la hora de salir a escena, las parejas de baile hacen vibrar a los espectadores, haciendo gala de su destreza, elegancia y sensualidad para seguir los compases que fluyen de los instrumentos maravillosamente ejecutados por un sexteto integrado por grandes músicos.

La sorpresa es una orquesta de señoritas, un cuarteto que hace su repertorio instrumental y también acompaña a las parejas de baile.

Participan del show una cantante y un cantor, que interpretan un repertorio acorde a la ocasión, para satisfacer tanto a locales como a turistas extranjeros.

Un show imperdible, donde no podemos dejar de mencionar el buen gusto para iluminación del escenario, que con sus efectos genera distintos paisajes, típicos de Buenos Aires, logrados con un haz de luz reflejado sobre el telón de fondo.